Germinal Lubrano ya no está entre nosotros, pero sus
dibujos, cada vez más vigentes, lo siguen estando.
Su visión de la policía metropolitana macrista y su nefasto
jefe político, sigue teniendo vigencia, aunque contrariando la lógica
tradicional, a esta altura de las circunstancias, la realidad supera en mucho a
la caricatura (seguramente Lubrano se sentiría inhibido por haberse quedado
corto).
Verdaderamente, ¿dónde está la locura?