viernes, 28 de septiembre de 2012

¿QUIÉN METE MIEDO A QUIÉN?




Los desaforados que salen con las cacerolas a reclamar dólares (curiosa asociación de elementos); proclaman un golpe de estado en nombre de la democracia; aspiran a la muerte de la Presidenta (de la que no vacilarían en ser partícipes directos); pasean pancartas en las que aparecen cadáveres de funcionarios del Gobierno con un balazo en la cabeza; y golpean a periodistas en respuesta a preguntas que estos les hacen en el desempeño de su profesión, son, sin duda, la punta de lanza de los políticos opositores que responden al Titiritero mayor.
Son de los que en base a aquella teoría de “a río revuelto, ganancia de pescadores”, no vacilan ni ante la posibilidad de desencadenar una guerra civil. Muerte a todo lo que no sea ellos mismos, ni los privilegios de los que quieren seguir gozando a expensas del resto mayoritario de los argentinos, es su consigna.
Seguramente añoran lo fácil que les resultó lograr sus propósitos, a partir del nefasto 24 de marzo de 1976.
Pero otros tiempos son éstos; ya nadie podrá arrogarse el derecho a proclamar que “las urnas están bien guardadas”. Hoy se llega al Poder –como nunca debió haber dejado de serlo- por votación popular, y sería bueno que los políticos títeres (ya sabemos de quién), instigadores de estos desaforados, a quienes hay que temer más por su ignorancia que por su capacidad de influir en un proceso democrático, recuerden que en 1983, Herminio Iglesias le hizo perder la elección presidencial a su correligionario Ítalo Luder ante su contrincante Raúl Alfonsín, por la desafortunada idea del primero, de quemar públicamente un ataúd que simbolizaba a la U.C.R. 

jueves, 20 de septiembre de 2012

ESTE NO ES EL PUEBLO, EL PUEBLO AQUÍ NO ESTÁ


 Hoy, como hace 60 años, están faltando opositores; sólo hay “Contreras”, como éste que inmortalizó el dibujante Luis J. Medrano.

Los portadores de la consigna “Viva el cáncer”, 60 años después, siguen entre nosotros, pero ¿saben qué?: esta vez, los antidemocráticos que el 13 de setiembre invocaron en vano la democracia, deberán asumir aquello de “los muertos que vos matáis, gozan de buena salud”.
Es que odiar mata más, que ser odiado. Y felizmente, los que estamos en la vereda de enfrente, no los odiamos; los compadecemos por su carencia de otros valores que no sean sus riquezas materiales, su acendrado egoísmo, su ambición desmedida… Felizmente también, no representan al pueblo; no representan al empresariado responsable; no representan a la clase trabajadora; no representan a la clase media con ganas de progresar y de vivir en un país mejor…
Todos no somos, ni debemos ser iguales; tienen razón! ¡Dios nos libre de llegar a parecernos a esa minoría de actitudes y palabras altisonantes que se adueñó de la manifestación del 13 desetiembre.