martes, 31 de enero de 2012

GERMINAL LUBRANO, PINTOR Y CARICATURISTA


UN HISTÓRICO. Germinal Lubrano fue amigo de Arturo Jauretche, Julián Centeya y Cátulo Castillo.
FOTO: HORACIO PAONE


A Graciela Moreno le cupo el cuestionable privilegio  (ella no hubiera querido que fuera así) de realizar el último reportaje a Germinal Lubrano. El mismo se publicó  en la edición del 20 de diciembre de la revista “Veintitrés”, pero el reporteado no llegaría a verlo publicado; el progresivo deterioro de su salud que desembocaría en su muerte el pasado 18 de enero, ya había comenzado.
Su lectura, aparte de un testimonio de lo que pudo ser y no fue, aporta la posibilidad de que su ejemplo sea recogido con el mismo énfasis que él mantuviera, ya nonagenario, hasta el final de su vida.

GERMINAL LUBRANO, PINTOR Y CARICATURISTA

“La lucha es necesaria”

Por Graciela Moreno


Creador de la revista
Descamisada, con sus 93 años
sueña con volver a lanzarla.
Fue el autor del afiche por
el voto femenino.


Si no hago historietas o pinto me
muero”, dice Germinal Lubrano, un artista,
pero además idealista, que vive
en el barrio porteño de Almagro y lleva
con orgullo sus 93 años. Forjista, creador
del humor peronista, además de pintar, fue el
inventor de las revistas Independiente, los diablos
rojos de Avellaneda, Carnaval, Risueña, Don
Yacumín y Descamisada, una revista que nació
en enero de 1946 y llegó a vender 250 mil
ejemplares semanales. Amigo y compañero de
aventuras de Arturo Jauretche, Julián Centeya,
Cátulo Castillo y Edmundo Rivero, quien
le dedicó hasta un verso, habla y recuerda la
época de esplendor de la calle Corrientes y se
le ilumina la mirada. El año pasado decidió relanzar
la revista Descamisada, con la ayuda de
su amigo el caricaturista Siulnas, pudo publicar
dos números y no pudo seguir afrontando
los gastos. Pero sueña con relanzarla,
como en los gloriosos años peronistas.
–¿Cómo nació Descamisada?
–Yo acostumbraba todas las tardes a tomarme
un café en El Nacional, Germinal o El Ciervo,
y me sentaba en la ventana. Un día de fines
de noviembre del ’45 siento unos gritos y veo
un grupo de muchachones y uno que llevaba
su camisa atada a un palo. Pensé que era un
descamisado y me acordé que el diario Crítica
que era antiperonista había usado ese término
como desprecio en una nota. Pero a mí
me gustó y enseguida lo dibujé. Se lo comenté
a un editor y le propuse sacar la revista en
enero del ’46.
–¿Esperaba semejante éxito?
–La primera tirada fue de 10.000 ejemplares,
se vendía al público a 20 centavos y me dejaba
cinco “guita” cada revista, 500 pesos era
mucha guita. Los revendedores, la misma noche
que salió me pidieron 100 mil ejemplares.
La imprenta no daba abasto, en aquella época
se usaba la linotipo. A la tercera semana me
pidió 50.000 más. Me dejaba una fortuna, tenía
25 años, no le daba valor a la guita. Me sentía
un bacán, iba al Tabarís, al Chantecler. (se
ríe). Jauretche tenía una columna que se llamaba
“Juan, el fabriquero”. Cuando vi que se
caía, se la di a la Secretaría de Información y
Prensa del gobierno peronista. Salió hasta el
golpe del ’55. Allí terminé preso en Campo de
Mayo.
–¿Por qué sintió la necesidad de crearla?
–Yo era peronista y sentía que era necesaria
para oponerse a todo el periodismo que estaba
en contra. La lucha es necesaria y aunque
te parezca mentira, el humorismo es una forma
de lucha que es más eficaz que un editorial
sesudo.
–¿Conoció a Evita?
–Sí, la vi una vez. Fui el creador del único afiche
que salió del voto femenino. Me lo pidieron,
a través de Ángel Borlenghi, que era ministro
del Interior del general Juan Domingo
Perón. Hice un boceto que decía: “La mujer
puede y debe votar”, se veía a una mujer humilde
votando, con el fondo de la bandera argentina.
A Evita le gustó mucho, me mandó
a llamar y me felicitó.
–¿Siente que es necesario relanzar Descamisada?
–Sí, a la presidenta Cristina le van a poner muchos
palos en la rueda. No la van a dejar gobernar.
El país está más difícil que en la época
de Perón. Esta gente está decidida a todo,
sobre todo los medios corporativos. En ese momento
había una oposición oligarca, conservadora,
pero nacional. Por ejemplo, Alfredo
Palacios estaba contra Perón, pero era nacionalista.
Esta gente que se opone hoy está movida
por la antipatria y el poder hegemónico
internacional, es mucho más peligrosa. Quizás
ahora el papel saldrá más barato y puedo
volver a sacarla... _



domingo, 22 de enero de 2012

Desaprovechado símbolo viviente del Peronismo de la primera hora



Por Oscar Vázquez Lucio

Hubo en la vida de Germinal Lubrano dos etapas bien definidas: la de humorista gráfico y la de pintor. Pero a pesar de su exitosa consagración a la pintura, jamás podría renunciar definitivamente a aquella primera etapa, porque Lubrano no había sido simplemente un humorista gráfico, sino un verdadero militante comprometido con un modelo de Argentina que puso de manifiesto Juan D. Perón y hoy intenta rescatar Cristina Fernández de Kirchner, algo que Lubrano tuvo muy claro desde el primer momento.
El humor militante de Lubrano tiene pocos ejemplos para ser comparado: Eduardo Sojo (Demócrito) y José María Cao (Demócrito II) en el siglo XIX, durante las presidencias de Julio A. Roca, Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini, Luis Sáenz Peña, y José Evaristo Uriburu, y José Antonio Ginzo (Tristán) en el siglo XX, durante la primera presidencia de Perón.
De todos modos, hay una gran diferencia: Sojo, Cao y Ginzo opusieron sus caricaturas al poder instalado en los gobiernos. Lubrano opuso sus caricaturas cuando el poder no estaba en Perón, sino en sus opositores
A pocos días del 17 de octubre del 45, cuando todavía Perón no era candidato a nada, “Descamisada” se enfrentó  a  los diarios opositores que como los de hoy, tienen opiniones extranjerizantes y colonialistas, siendo “Descamisada” casi el único periódico que opinaba distinto en esa época.
 “Descamisada” nació junto con el peronismo –el verdadero, el histórico- cuando ese peronismo auténtico, después mal imitado y tantas veces manoseado, más lo necesitaba; apuntaló a Juan Domingo Perón  en la época en que era combatido por casi todos los medios periodísticos, y todos los partidos políticos –desde la extrema derecha hasta la ultra izquierda- se habían aglutinado en una presunta “unión democrática” para derrotar al naciente líder y mantener los privilegios irritantes de los más poderosos, lo que no lograron en las urnas y llevaron a cabo 9 años después mediante una revolución sangrienta, precedida –vale la pena recordarlo, aunque con inocultable tristeza- de un descabellado y criminal bombardeo a Buenos Aires, y reafirmaron tras el golpe de Estado, con el inconcebible indiscriminado fusilamiento de quienes seguían creyendo en el ya exiliado Perón.
Hace un par de años, convencido de que en los últimos tiempos el verdadero poder ha estado en la vereda de enfrente del poder Ejecutivo, renació en Lubrano el humorista militante y comprometido –casi quijotesco con sus 91 años- y resolvió repartir su tiempo entre la pintura y la caricatura política.
En mayo de 2010, después de 65 años, y nuevamente editada por él, la revista “Descamisada” reapareció, aunque fue  ocultada en la mayoría de los quioscos de Capital Federal y Gran Buenos Aires. Estaba previsto –y se imprimió en consecuencia una considerable cantidad de ejemplares- que también llegaría a todos los quioscos del Interior del país, siendo el primer sorprendido su editor, cuando el distribuidor le comunicó con fútiles pretextos, que tal acuerdo no se llevaría a cabo.
Claro que más allá del discrecionalismo de la mayoría de los quiosqueros capitalinos y el evidente acatamiento del distribuidor a las imposiciones monopólicas, pareció existir un acuerdo tácito entre los que supuestamente responden a este régimen constitucional, silenciando la aparición y existencia de la revista “Descamisada”.
¿Infiltración del Monopolio en los medios no hegemónicos o celos profesionales de los integrantes de estos últimos? Porque hasta donde puede apreciarse, la sátira de la revista “Descamisada” apunta en el mismo sentido que la ideología manifestada en medios gráficos como “Tiempo Argentino” y “Miradas al Sur”, programas televisivos como “6, 7, 8”, o espacios radiofónicos como los de “la radio pública”.
Resulta por lo menos curioso, que ninguno de los nombrados, haya saludado en ningún momento, pese a los ejemplares y gacetillas recibidas desde la aparición del Nº 1, la incorporación de esta revista a la lucha “para defender las buenas ideas que harán independiente a la Patria”, como lo señalaba en su editorial, el director de “Descamisada”, Germinal Lubrano, que siguió volcando toda su creatividad, como en 1946 lo hiciera a través de su revista en épocas de periodismo menos monopolizado, en defensa de Perón, y ahora en 2010 en defensa del permanentemente jaqueado (aunque por incompetentes y pésimos “ajedrecistas”) gobierno de Cristina, desde un blog por Internet, al ver que los verdaderos dueños del poder no le permitirían llegar a sus seguidores de otra manera: http://descamisada2010.blogspot.com
Su último mensaje desde el mismo fue:
“El pueblo argentino está contigo, Morocha!
“Con todo el corazón, con toda la vida, con los 66 años que tiene nuestra revista, le deseamos a nuestra gran Presidenta lo mejor para el 4 de enero. La Patria la necesita hoy más que nunca para que pueda continuar la obra que emprendió para engrandecer al país, para que la Argentina sea lo que nunca fue, completamente libre y soberana. Porque estábamos completamente oprimidos económicamente desde el nacimiento de la Nación.
Todo saldrá bien y nuestra extraordinaria Presidenta, que es la admiración del mundo entero, volverá con más fuerza y pasión para hacer de la Argentina lo que ella sueña; ella lo dijo al Pueblo argentino: ‘No lo hagan por mí, háganlo por nuestra Patria’
¡Fuerza Cristina! ¡Adelante Cristina!  ¡Por siempre Cristina! ¡¡¡Gracias Cristina!!!
Revista Descamisada

El último miércoles 18 de enero, Germinal Lubrano falleció. Tenía 93 años. ¡Qué lástima que no se hayan dado cuenta que el que una revista humorística nacida conjuntamente con el Justicialismo, sea reeditada 65 años después con los mismos bríos, a pesar de sus 91 años (o tal vez por ellos) por quien fuera su creador, fue un verdadero acontecimiento.



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jueves, 19 de enero de 2012

Germinal Lubrano, pintor del Tango y humorista del auténtico peronismo



Por Anamaría Blasetti


Pintaba un cuadro al óleo por día llevando realizados más de 700 con la misma temática: la que le inspiraban las letras de tango.
-Hágame tangos –le había sugerido Aguilar-; lo que se vende es el tango.
Y Germinal Lubrano se quedó pensando –sí, la emoción está en el tango- y le hizo caso, un poco para facilitarle la tarea a su marchand, pero también porque nunca había dejado de flotar en su mente, lo que una vez le dijera su amigo Edmundo Rivero:
-Los pintores argentinos no han pintado el tango…
Por eso la pintura de Lubrano se introdujo en la letra y el decir de Rivero, Gardel, Discépolo, Manzi, Contursi… Lo que ellos plasmaron en el pentagrama, patentiza la idiosincracia nacional, y el mérito de los cuadros de este pintor es haber captado con ductilidad plástica, la descripción clara y entendible de lo que autores e intérpretes expresaron con otro lenguaje pero idéntico sentimiento.
Ya para entonces, Lubrano era un pintor consagrado, figurando sus obras en colecciones particulares de España, Inglaterra, EE.UU., Uruguay, Brasil, Venezuela, Méjico, Israel, Chile, Perú y Centro América y numerosas exposiciones de óleos y pasteles de variada temática, no sólo a lo largo de la República Argentina, sino también, especialmente invitado, en la OEA y en el Banco Interamericano de Desarrollo. Ya para entonces había quedado muy atrás su actuación como dibujante humorístico, autor de personajes como Don Yacumín y Bien porteño, entre otros, y sus éxitos como empresario periodístico, con revistas como “Carnaval”, “Descamisada” y “Risueña”. Pero esta historia, extensa historia, hay que contarla desde el principio…
Fue su madre, Rosa Cortese, argentina y porteña, y su padre, Pascual Lubrano, nacido en Calabria, provincia de Italia; fabricante de calzado a medida, se regocijaba contándole a la gente las bondades que sus pies llevarían; forrados en badana en el interior, cosidos a la suela, cabritilla o napa exterior… pero todo en una perfección como sólo un verdadero artesano puede hacer…
Y así en el seno de ese hogar nació su hermana mayor, Lucrecia, y el 15 de setiembre de 1918 nacía el que luego sería, con el tiempo, uno de los más importantes pintores de la obra tanguera.
Desde pequeñito le fascinaba caminar entre las hormas de madera mil veces clavadas por su padre. En un pasillo largo había suelas enteras desde el piso hasta el techo; él pasaba su manito jugando con el borde de estas suelas que formaban un largo camino que él, por ser pequeño, veía más inmenso.
Una de las primeras cosas que hizo fue aprender a dibujar zapatos… ya cuando iba a la escuela primaria conocía perfectamente el dominio de la regla y el buen gusto en el calzado, pues su padre se lo había inculcado desde siempre. El Maestro se maravillaba hasta con el aroma del cuero.
En 1920 debido a problemas por ser anarquistas y luchar por los beneficios sociales, la familia optó por radicarse en Montevideo, Uruguay. Allí hizo la primaria y secundaria; luego pasó al Círculo de Bellas Artes, en plena avenida 18 de Julio. Germinal seguía trabajando como zapatero con su padre, aunque podía más en él el dibujo que la fabricación de calzado; él y su padre eran uno. Le hacía los moldes de los calzados en escala y los modelos le brotaban como al mejor y máximo modelista… Y tan solo contaba con 15 años de edad.
Añorando su lugar, impulsados por la madre, doña Rosa, se volvieron a Buenos Aires, más precisamente a Floresta, entre Olivera y Lacarra.

EL REGRESO
Nuevamente en la casa del barrio de Floresta, Germinal comienza a trabajar con un dibujante español, José Sánchez, quien tiene a su cargo la publicidad de la mueblería Maple y de Zapatos Tonsa, haciendo el dibujo del calzado terminado a tinta china; ¿quién más indicado para realizar esta tarea con idoneidad que ese muchacho que a los 13 años, por un lado lustraba zapatos ajenos, y por el otro ayudaba a su padre en el diseño de los zapatos propios, todo en el mismo local, donde además se vendían billetes de lotería y se ofrecía servicio de mensajería? Sin embargo, muy pronto, con sus inquietos 17 años en búsqueda permanente, recala en la redacción de la revista “Viva Cien Años”; allí, debidamente orientado, aprende a diagramar, un factor más a su favor para incursionar en el periodismo gráfico. Por otra parte, “Viva Cien Años” le servirá de puente para presentarse en la redacción de la recién aparecida revista “Patoruzú”, donde es atendido nada menos que por Luis Alberto Reilly, destacado periodista y cotizado libretista radial, quien con su proverbial buen olfato, vislumbró un promisorio futuro para ese joven. Y los dibujos de Lubrano ocuparon un lugar destacado en la flamante revista, junto a los del propio Quinterno, Poch, Divito, Ferro, Guratti, Muñiz, José L. Salinas… Hasta que le tocó hacer la conscripción (entonces era obligatoria y se hacía a los 20 años): a su regreso a la vida civil, la revista estaba con su plantel completo y en un plan de economía…
Pero lo que Germinal recordaba con más desazón de ese período, es la muerte de su madre. Su hermana entretanto, había contraído matrimonio, y su padre había reorganizado su propia vida.
Por entonces, Lubrano se muda a una habitación en un edificio ubicado en la calle Maipú, “justo arriba del Marabú”, como él acotara con cierto aire de picardía. Justamente aparece en esos días el matutino “Libre Palabra”, y aprovecha a presentarse con una tira con un nuevo personaje, aún sin nombre, que sobre la marcha es bautizado por Franchi, director del diario, como Don Yacumín, un viejito pícaro con las chicas que duró cinco años en la contratapa del diario y después se publicó sucesivamente en tres revistas que lo tuvieron a Lubrano como co-director: “Carnaval”, “Descamisada” y una con el propio nombre del personaje, que había emprendido a instancias de los revendedores de diarios.
Volviendo a comienzos de los años 40 cuando empezaba a imponerse Yacumín en el diario “Libre Palabra”, salió una nueva revista, “Estrellas”, en la que además de dibujos para la misma, se le encomendó que la diagramara.
Al mismo tiempo que Yacumín en “Libre Palabra”, publicaba en “El Pampero” una historieta titulada Bien Porteño, de cuyo protagonista aún recuerda el nombre: Robert Chapalamala. Después se sumaría su personaje Vivonet en una de sus revistas propias: “Risueña”.
Llamado para diagramar la revista “Boca…!” comenzaba a trabajar al finalizar el partido y seguía hasta las 4 de la mañana. Eso sí: más allá de aquellas largas jornadas de trabajo, le gustaba “vivir bien”:
-Siendo un típico muchacho de los ’40 –me llegó a confiar en el último reportaje que tuve la ocasión de hacerle- me agradaba vestir bien; por lo general usaba traje de casimir inglés, camisa con cuello almidonado que en ese entonces se vendían aparte y se mandaban a planchar. Usaba pañuelo de seda blanca; zapatos gamuza de nobuc, cabretilla, charol acordonado… Peinado a la gomina “a la cachetada”, tirando el cabello hacia atrás peinándolo desde la sien hasta la nuca! Ese peinado lo saqué de los muchachos milongueros del 40…
Efectivamente vivía bien aunque trabajaba mucho, pero si bien esto último no le preocupaba, sentía como un cargo de conciencia cuando se planteaba:
-Hay un club que no tiene revista, ¡y es el mío!
Así fue como nació la revista “Independiente”, que subtituló: “Los diablos rojos de Avellaneda”, de la cual llegó a vender 40.000 ejemplares.

EL NACIMIENTO DE “DESCAMISADA”
-En el año 45 yo estaba tomando café en un bar, y a través del vidrio veo pasar una manifestación… -recordó no hace mucho- Me llamó la atención un muchacho que iba con una camisa atada a un palo… Desde mi mesa lo dibujo y al terminarlo me doy cuenta que me ha salido un “logo”…
Sería algo más que un logo, porque a partir de esa idea nacería la revista “Descamisada”, una revista humorística favorable al naciente peronismo, cuyo primer número apareció el 22 de enero de 1946, cuando ya en el otro extremo, la revista “Cascabel”, se había volcado a la sátira política fustigando al peronismo y al gobierno de Farrell.
-Fue un éxito total; llegó a tiradas de 250 mil ejemplares…
Y Lubrano recuerda a quienes acompañaron este emprendimiento: dibujantes como Arístides Rechain, Clermont, Gonzalez Fossat, Calé (debutó en esa revista, recién llegado de Rosario), Délfor, Luzuriaga, Jorge Palacio, Franchioni, Dobal, Gigante, Andrino, Alfredo Betanín…; redactores como Jauretche, Gobello, Cano Carreras, Januche, Alcobre…
Sin embargo, aunque continuaba con la revista, Lubrano empezaba a sentir la necesidad de dedicarse de lleno a lo que sería su verdadera pasión: la pintura.
Los premios municipales de pintura, y los cuadros en colecciones particulares de distintos países, hablan por sí mismos.
Decididamente figurativo, los personajes humildes, la gente de la tierra y el barrio se aposentan en su pintura. El centenario de la Avenida de Mayo también fue parte de su motivación en los ’90.
Hasta que sintió que “Descamisada” debía volver y con ella el humorista comprometido, militante, capaz de oponer sus 91 años al periodismo hegemónico que a mediados de 2010 logró que quienes habían acordado la distribución a nivel nacional de la revista en su 2ª época, desistieran de hacerlo, por lo que las dos ediciones de 5.000 ejemplares cada una, llegaron al público gratuitamente por distintos medios, convirtiéndose en un verdadero legado político de un humorista que acaba de fallecer a los 93 años, este 18 de enero de 2012.


Con todo respeto
Anamaría Blasetti
anamariablas@yahoo.com.ar